Ranya Barakat
Buscar ayuda de un freelance es una solución conveniente cuando la empresa necesita resolver algún problema específico y no cuentan con el personal adecuado en su plantilla. Sin embargo, contratar a este especialista externo no es tan sencillo como parece.
Ya sea por una cuestión de habilidades, presupuestos o simplemente oferta desmedida, estos son los errores que no debes cometer al solicitar sus servicios.
Desafortunadamente, quien hoy está desempleado se hace llamar a sí mismo freelance, lo que crea un gran universo de personas que ofrecen de todo para todos, sin embargo, muchos de estos no son lo suficientemente profesionales o no cuentan con las habilidades necesarias para participar en un proyecto.
Las referencias siempre son un buen filtro para elegir a uno, aunque otros focos rojos en los que debes fijarte son:
Uno de principales problemas que se presentan al contratar profesionales externos es lo difícil que es aveces lograr que entiendan el ADN de tu empresa.
Si desde el primer momento el candidato no demuestra empatía y entendimiento de tu negocio, será complicado que logre darte los resultados que esperas.
Por otro lado, si el proyecto contempla que el freelance se instale en tus oficinas por un tiempo, pero notas que la cultura de tu empresa no encaja con sus ideales, será difícil para que se adapte y que el resto de tus colaboradores lo reciban bien.
Entre los peligros más comúnes al contratar a un freelance es que su comportamiento puede ser impredecible y el hecho de que no hay manera de tener control sobre él. Y, aunque no es una verdad absoluta, la mayoría de este tipo de trabajadores tiene conceptos de libertad y tiempo muy distintos a los de una empresa establecida, por lo que puedes llegar a tener muchas fricciones.
A diferencia de contratar a otra empresa o a una agencia, un freelance generalmente no cuenta con un equipo que lo respalde, por lo que es común que se especialice solo en ciertos aspectos específicos y no en muchas áreas. Esto provoca que insista en ofrecerte lo que sabe hacer y no realmente lo que tu empresa necesita.
Si estás buscando una solución muy específica, un freelance especializado puede ser una gran alternativa, pero si es algo más amplio, tal vez necesites más de uno o recurrir a alguna otra opción.
Que un freelance tome un proyecto sabiendo que no lo terminará es más común de lo que crees. En ocasiones solo eres un escalón para llegar a otro sitio o una solución temporal a su falta de ingresos y, en cuanto aparece un mejor postor con un presupuesto más interesante puede dejar tu proyecto sin finalizar, lo que te obliga a buscar a otra persona y empezar todo desde cero una vez más.
La misma naturaleza de un freelance lo hace tener varios proyectos al mismo tiempo, por lo que si te preguntas ¿qué sucede cuando llega la hora de rendir cuentas y hacer los entregables?, la respuesta es que probablemente se enfoque en el cliente que está pagando más o en aquél que le pueda dar los beneficios más llamativos. Esto se traduce en entregas a destiempo, proyectos que se alargan más de lo esperado y resultados incompletos.
Lo anterior no significa que todos los freelance actúen bajo estas premisas o que ninguno pueda ser realmente el profesional que buscas, solo son algunos puntos que debes tener en cuenta al momento de contratar a uno. Por ello, antes de entablar una relación laboral con alguno es importante que plantees objetivos, definas tiempos de entrega y plantees todas las reglas del juego.
Si prefieres ir a la segura, otra opción que te ayuda es trabajar con una agencia, la ventaja es que cuentan con equipos multidisciplinarios y (casi siempre) son empresas más serias y establecidas a comparación de un colaborador independiente.
La mejor información sobre inbound marketing, ventas, guías y migraciones.