Izzy
Uno de los mayores retos de crecer y desarrollar nuevos productos es mantener una misma identidad a través de todos los componentes. Y es que, conforme se van integrando nuevos elementos y áreas de desarrollo, empiezan a haber inconsistencias -al principio imperceptibles- y más notorias conforme avanza el tiempo.
Esto es justamente lo que un sistema de diseño resuelve: una guía para que todos los equipos trabajen en sintonía y la experiencia de tus usuarios sea siempre la misma. Sin sorpresas ni incongruencias.
Si llevas muchos años en marketing, probablemente te preguntarás cuál es la diferencia entre un sistema de diseño y un manual de estilo; la respuesta sencilla es que un manual de estilo es tan solo una parte, muy importante, de un sistema de diseño.
Antes, una marca necesitaba una serie de elementos gráficos para poder comunicarse en diferentes canales. Ahora la diversidad es tanta, que existe una necesidad por crear elementos más completos y no solo definiciones de colores, tipografías, iconos, logos y lineamientos.
Además de eso, también se deben incluir bibliotecas de patrones, por ejemplo plantillas, botones, campos, combinaciones de componentes; y, en casos más complejos también fotografías de marca e ilustraciones. En otras palabras, se trata de un manual de estilo en esteroides.
A menos de que seas amante del desorden (en ese caso este artículo no es para ti), pocas experiencias de usuario pueden ser más frustrantes que la falta de consistencia entre diferentes elementos.
Imagina que navegas por una plataforma o aplicación: en la primera ventana, tienes el CTA del lado izquierdo en un rojo llamativo, sin embargo, cuando avanzas a otra ventana, el llamado a la acción está del lado derecho y en color verde.
Entonces, el sistema de diseño se convierte en esa herramienta que mantiene el orden en un mundo caótico. En especial, cuando se trabaja con equipos ágiles que constantemente prueban nuevas cosas, es fácil perder el camino: un tono de amarillo por aquí, uno más oscuro por allá… y de pronto tu nuevo desarrollo es una ensalada de colores que parece más un trabajo de Pollock que uno de diseño.
Con el sistema de diseño, todo tu equipo tiene todos los elementos necesarios para hacer nuevas funcionalidades de forma congruente. Esto no solo da mayor consistencia a todo lo que desarrolles, tal y como menciona la publicación de Design Handbook, sino que ahorra a los equipos de diseño mucho tiempo, pues en lugar de pasar horas diseñando un nuevo estilo, pueden acceder a la biblioteca de la empresa y utilizar el mismo que ya se tenía en otro sitio.
Por eso, mientras que un manual de estilo o brandbook es un buen inicio, en realidad no es la receta completa, pues delimitar colores y tipografías ya no es suficiente. Dos personas con un mismo manual de estilo pueden llegar a soluciones completamente distintas y al mismo tiempo respetar las guías.
Dejar correr libremente la creatividad de tus diseñadores no te dará un resultado mejor, sino uno más desorganizado; solo para darte una idea, en una auditoría que HubSpot hizo a su plataforma, encontró más de 100 tonos de gris distintos, 16 modales diferentes, más de 40 estilos de texto y muchas incongruencias más.
Por eso, cuando algunas empresas se cuestionan si un sistema de diseño va a desaprovechar la habilidad creativa de los diseñadores, esto no podría estar más alejado de la realidad. Al darle a los diseñadores los elementos clave, les das los elementos necesarios para enfocarse en problemas más grandes que el color de un botón.
Tener un sistema de diseño es utilizar un repositorio de elementos listos para usarse y no solo las instrucciones de cómo hacer estos elementos. En una guía de estilo el diseñador pierde tiempo replicando y adaptando estilos, mientras que con el sistema de diseño puede simplemente ingresar y tomar el elemento requerido para su trabajo.
Si ya cuentas con un manual de estilo, tienes una parte de la tarea hecha, pero estás aún lejos de la meta. Lo primero que debes hacer es una auditoría de los elementos que hoy se encuentran en tu sitio web y plataforma, para analizar cuáles son aquellos que deben formar parte de tu sistema de diseño y cuáles deben ser reemplazados.
Una vez que tengas este primer paso, necesitarás una plataforma como Invision o Adobe XD en donde puedas almacenar estos elementos.
Si nada de esto te parece alcanzable, tal vez sea porque estás corto de manos y necesitas una ayuda. Contratar una agencia especializada puede ser una solución simple a este complejo problema; te ayuda a definir el sistema de diseño e instalar las herramientas necesarias para que en el futuro tu equipo pueda ser completamente autónomo.
Eso sí, contratar una agencia no es algo que debas tomarte a la ligera; así que aquí te dejamos una guía para que lo hagas con conocimiento de causa.
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